miércoles, 25 de agosto de 2010

#Capítulo 3

Los dos estallaron en una carcajada, riéndose sin miedo, sin complejos, así como siempre habían hecho. Estas risas se transformaron en un abrazo, en el que ninguno quiso soltar al otro. Hacía mucho que no se veían y ahora tenían miedo de volver a separarse. Pero esta vez ambos lucharían por que esto no pasase. Otra vez más no.

Él cogió su mano y la hizo girar sobre ella misma para comprobar hasta que punto había cambiado.
-Aún no me puedo creer cuánto has cambiado.
-La verdad es que es una larga historia. -sonrió de nuevo y miró al cielo con un suave suspiro.- Tú también has cambiado mucho. Estás más... más... más tú.
Los dos volvieron a sumergirse en esa risa que era solo suya. Pasado un rato, intentando él sacar algún tema de conversación, rebuscó en los recuerdos que tenía de la última noche. Entonces recordó cuánto lloró por Carlos esa noche, porque no volvería a verlo hasta pasados unos meses.
-¿Sigues con él?
-¿Con quién?
-Con Carlos.
-Digamos que esa es la larga historia de la cual te hablé antes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario