viernes, 27 de agosto de 2010

#Capítulo 5

-Vamos a mi casa, tengo una sorpresa preparada para ti.
Su sonrisa, tan sincera como siempre, le hizo sentirse tan cómoda que consiguió olvidar todo ese año en el que había estado sin él, sin su apoyo incondicional.
-Vale, vamos.
Él cogió su mano rápidamente y la arrastró hacia la esquina de la calle, donde había una Vespa de color rojo brillante. Era bastante nueva y eso le hizo dudar por unos momentos cómo de segura estaría viajando detrás de él. Enseguida él le tendió un casco, lo que le dio un poco más de confianza.
Hacía bastante tiempo que no se montaba en moto, por lo que le agarró por fuerza por la cintura. Cuando cruzaron sus miradas por el espejo retrovisor, él le regaló una sonrisa para que se tranquilizara y bajó un poco la velocidad.
Cerró los ojos y dejó sentir el viento contra su rostro, trasladándose a un momento de libertad absoluto.
-Ya hemos llegado, espero que te guste la casa. El cuarto lo he decorado yo.
Ambos bajaron de la moto, guardaron los cascos y mientras él ponía el candado de la moto, ella se quedó impresionada con la fachada de la casa. Era enorme, con unos amplios ventanales. Era una casa realmente bonita.
Cuando llegaron a su habitación, la encontró entera llena de posters de distintos cantantes y toda una pared con fotos de sus amigos y él.
La colcha era de color negro con un diseño realmente divertido, ya que tenía una silueta verde de un hombre dibujado, como si de un crimen se tratase.
Sobre la mesilla de noche había una caja envuelta con papel de regalo. Él se acercó a ella y la cogió con delicadeza.
-Es un pequeño detalle de bienvenida. Lo he hecho yo, espero que te guste.

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