sábado, 28 de agosto de 2010

#Capítulo 6

Él le tendió la caja con una sonrisa algo nerviosa. Ella permaneció unos segundos mirándole fijamente a los ojos. Después la examinó delicadamente, como si de un valioso tesoro se tratara, intentando adivinar el contenido de la misma. 
Era una caja de cartón envuelta pero no había ninguna pista sobre qué podía contener.
-Vamos, ábrela.
Ella asintió levemente con la cabeza y fue quitando con cuidado el papel de regalo para dejar ver una caja de cartón rosa con pequeños dibujos de flores primaverales.
De manera algo tímida, levantó una de las esquinas de la tapa de la caja para ver cual era el regalo que le esperaba. Cuando consiguió verlo, una amplia sonrisa se apoderó de su rostro. 
Era una carpeta de anillas que él había forrado con fotos que se hicieron los dos juntos el verano pasado. Al recordar estos tiempos, esbozó una sonrisa algo melancólica. 
-Ábrela, hay otra cosa dentro.
Con la mayor delicadeza que pudo, abrió la carpeta para ver una hoja de papel.
Era un dibujo a carboncillo que él había hecho, copiando una de las fotos que a ella tantísimo le gustaba: ellos dos riéndose exageradamente, felices de ser amigos.
-Es un regalo precioso. El mejor que me han hecho nunca sin duda.

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