lunes, 21 de febrero de 2011

#Capítulo 20

-¿Puedo preguntarte algo?
-Dispara.
-¿Cuánto tiempo estuviste con Carlos?
-Pues... -durante unos segundos hace cálculos mentalmente y después con la ayuda de sus dedos- un año y tres meses.
-Pensaba que te lo sabrías de memoria. -dijo él entre risas.
-Sinceramente jamás he considerado el tiempo que dura una relación como su meta, sino lo que se vive en ella. Pasé a su lado los mejores momentos de mi vida y, no sé, el tiempo me parece una cuestión aparte.
-Tienes razón, al final los recuerdos no se confeccionan únicamente a base de fechas.
-Tampoco de los regalos. Nunca quise basar una relación en los regalos. Me parece algo completamente absurdo esa tradición de tener que regalar algo cada vez que es una fecha especial para vosotros o San Valentín por ese único motivo. No entiendo por qué hay que regalar algo, como obligación.
-¿No crees entonces en los regalos?
-No creo en los regalos por obligación, por cumplir. ¿No te parece mejor el siguiente plan?: vas por la calle y ves algo que te recuerda enormemente a tu pareja. Es entonces cuando lo compras y con toda la ilusión se lo entregas, demostrándole que siempre le recuerdas. Pero tampoco tiene que ser un regalo material. Por ejemplo yo, mi regalo más común era una carta. Cuando me acordaba de él y me sentía inspirada, con ganas de escribir, era obvio que ese sería su próximo regalo. 
-Me parece mucho más personal, más íntimo. Más romántico.

No hay comentarios:

Publicar un comentario