miércoles, 16 de marzo de 2011

#Capítulo 23

A las nueve en punto, llaman al timbre. Un chico puntual. Justo lo contrario que ella a decir verdad.
Mientras termina de calzarse los zapatos, revisa no dejarse nada en la habitación. Después, tras que llamasen al timbre de nuevo, decide descalzarse de nuevo para bajar las escaleras. No es fácil correr por unas escaleras abajo con unos tacones de infarto.
Al llegar al pasillo de la entrada, se detiene para mirarse nuevamente al espejo.
Lleva el pelo suelto, con unas ondulaciones creiblemente naturales. Este cae sobre sus hombros, que aparecen desnudos ante un vestido blanco de dama de honor. Un tejido suave y sedoso, muy ligero. Muy corto también. Deja ver unas preciosas piernas bien tonificadas por horas de footing que acaban en unos tacones rojos de charol brillante, que hacen juego con el color de sus labios. Rojo pasión, rojo sangre.
Una tercera vez llaman a la puerta y esto le hace recordar que su amigo lleva un tiempo esperándola ya en su propia puerta. Nada más abrir, ambos miran detenidamente qué ropa a escogido el otro y así saber si concuerdan.
-Estás impresionante, chica. Pero, ¿quieres que hablemos?
-Gracias y, ¿por qué?
-Muy sencillo. Hay algo por tu cabeza que te preocupa y, como no puedes olvidarte de ello, buscas fingir lo contrario. 
Se queda con la mirada clavada en el infinito reflexionando sobre aquellas palabras. Quizás no se equivoque tanto.
-Puede que un excesivo disfraz de confianza que no deberías necesitar.

1 comentario:

  1. Me gustan!
    Es grandioso haber encontrado tu blog!
    Nos seguimos? Ya te sigo ;)
    http://lovelylipsstyle.blogspot.mx/

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